Por Martin Muñoz-Elena Flores
Cuando Gerd Muller llegó al Bayer Munich su entrenador, Tschik Cajkovski, comentó que no podía poner a "ese pequeño elefante entre mis purasangres".
Máximo anotador del fútbol alemán
Aquel jugador, al que Cajkovski apodó como "el molinero gordito" pasaría a la historia del fútbol con otro apodo. Uno que le hacía justicia "Torpedo Muller".Más de 600 goles en su carrera profesional, de ellos 365 en la liga alemana, récord no igualado, 14 goles en Campeonatos del Mundo, nadie ha marcado más goles que él... y entre otras cosas 68 goles en tan solo 62 partidos como internacional con la selección alemana. Gerd Muller recibió el sobrenombre del bombardero, "der Bomber", gracias a sus goles.
En su primera temporada con el Bayern de Munich, Muller ganó la Copa de Alemania. Al año siguiente en la final de la Recopa, consiguió el gol de la victoria en la prórroga y un año más tarde abrazó el título de la Bundesliga, su primero de los cuatro que conseguiría con el club bávaro.
En el Mundial de México fue una de las estrellas de la Copa del Mundo con 10 goles y fue nombrado jugador del año. Finalmente su momento de gloria llegó en la final del Campeonato del Mundo de 1974 de Alemania cuando marcó un gol contra Holanda.
Muller era un jugador inteligente, oportunista y devastador. Vivía en el área y tenía un impecable sentido de la colocación. Sus compañeros sabían que si centraban el balón al área Muller estaría allí. Demoledor en el juego aéreo, Muller era tremendamente eficaz con los dos pies.
Una lesión de la que nunca llegó a recuperarse truncó los años finales de su carrera en los que se retiró a Estados Unidos para jugar en el Strikers de Fort Lauderdale de la NASL. Aunque el bombardero dejó de volar sobre las áreas rivales, sus récords siguen ahí, y nadie ha podido todavía acercarse a ellos.